Arte: «La crucifixión electrónica» de Kimberly Rojas
KIMBERLY ROJAS
La Crucifixión Electrónica
2º LUGAR ARTE (EMPATE)
Instalación de Técnica Mixta
11º Grado, Ánimo Jackie Robinson
Profesora guía: Rachel Kopera
Kimberly Rojas Declaración de la artista
Intento mostrar cómo la electrónica crea división entre nosotros. Intento mostrarlo creando diferentes profundidades entre los lienzos y haciendo que las personas estén dispersas y en su mayoría separadas. También quería mostrar que somos las polillas atraídas por la luz (la electrónica). Si te acercas a mi obra, hay niños y partes humanas desmembradas por adherirse durante demasiado tiempo a las luces de la pantalla. Algunos encuentran la salida, pero para la mayoría de los humanos es demasiado tarde. Están sujetos a sus pantallas. Nos sentimos atraídos por la luz, pero esa luz puede apagarse en cualquier momento, dando una falsa sensación de calidez y comodidad, cuando en realidad sólo nos están hiriendo y mintiendo. La máquina acaba con nuestra humanidad como polillas en llamas. La estructura en forma de cruz roja representa nuestro interminable ciclo de sufrimiento: toda una vida sangrando a manos de nuestros dispositivos.
Las manos del maniquí pueden interpretarse como nuestra propia falta de agencia, y nuestra elección de quemarnos continuamente las manos con las luces de las pantallas. Otros materiales que utilicé para crear mi obra fueron pintura acrílica, rotuladores acrílicos, piezas de ordenador rotas, cola caliente, cables, retratos de cartón recortados, pintura en aerosol y, por último, luces de teatro, que arrojan luz sobre lo que las máquinas hacen a los humanos. Empecé haciendo miniaturas, recibiendo comentarios y yendo a críticas. Cuando tuve una idea clara de lo que quería, reuní varias fotos de referencia para dar vida a mi obra. Pinté las piezas del ordenador con spray dorado para mostrar el falso lujo de la tecnología. El círculo dorado de los libros cromados enlazados contrasta con la paleta de colores azules para mostrar la naturaleza cíclica de los humanos crucificados por la tecnología. El rojo brillante y contrastado de la «cruz oculta» realza la atención que debemos prestar a los humanos que están en llamas.
Desde el punto de vista del diseño, hice líneas convergentes con las manos del maniquí, los cables y con las pantallas del ordenador. Para crear unidad, limité mi paleta de colores: sólo me ceñí a tonos mayoritariamente fríos con muy pocos colores cálidos. También creé un ritmo regular y progresivo repitiendo las pantallas de televisión, la tecnología, las manos y, por último, los retratos recortados de cartón. Originalmente, imaginé tener los distintos paneles de lienzo desgarrados dentro de una gran pantalla de televisión, pero con el uso de luces de teatro y un telón de fondo, creo un mundo cuadrado que va separando las formas humanas. Las sombras del telón de fondo subrayan la naturaleza cíclica y repetitiva del problema. Esta chica central, que está siendo desmembrada y, por tanto, crucificada, por su necesidad de tecnología, no es la única polilla en llamas. Muchas personas sufren a manos de la gran tecnología. En el escenario rojo, en la base de la cruz, dejé una ligera sombra de pintura dorada en spray, como una única pista dejada en una escena cromada.
Utilicé piezas tecnológicas en mi obra de arte para dar vida a mi pieza y atraer al espectador. También creo que la integración de piezas tecnológicas afiladas y ensangrentadas, yuxtapuestas a la curvatura de las manos, hará que esta pieza sea más poderosa, porque las piezas de ordenador, los teclados y los teléfonos son algo que utilizamos a diario, sin ser conscientes del trasfondo violento que tiene la tecnología al interrumpir y cercenar nuestras vidas. Enfrentarse a este problema es tan importante porque nos hace darnos cuenta de lo a menudo que dependemos de la tecnología. Los ordenadores nos engañan siendo útiles en el momento, pero el uso repetitivo cercena nuestro libre albedrío y conduce a que nuestra humanidad se desmorone, se crucifique y arda.
